Según informa la Comisión en la resolución, para la decisión se ha tenido en cuenta el impacto de las importaciones sobre la situación del mercado de la Unión y en este caso, su argumento se basa en el bajo volumen que representan las importaciones de Nicaragua sobre el total de importaciones a la Unión (1%).
Sin embargo, como reconoce la propia Comisión, durante los meses de enero y febrero de 2018 el precio de la banana procedente de Nicaragua fue de 488 euros la tonelada, lo que supuso un 26% por debajo de la media de la Unión.
No obstante, la Comisión también entiende que “no hay indicios de una amenaza de deterioro grave en el mercado europeo”, por lo que decide dejar sin efecto la suspensión del arancel preferencial.
A pesar de no tratarse de un volumen significativo, la APEB no comparte el análisis de la Comisión, ya que esta situación coincide con la caída de los precios en el mercado europeo, el cual ha sufrido una gran caída global de los precios desde finales de marzo a principio de abril, hasta alcanzar una media de 0,61 euros el kilogramo de precio en verde. (Ver gráfico adjunto).
Fuente: CIRAD – Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agronómica para el Desarrollo.
A pesar de los continuos incumplimientos de importación de banana de diferentes orígenes, el mecanismo de defensa de las producciones comunitarias de plátano establecido por la propia Comisión Europea nunca ha sido aplicado, y se sigue trasladando un mensaje de ineficacia del sistema a todos los importadores en detrimento de los productores comunitarios de plátano y banana.