AENOR ha renovado la certificación de la Huella de Carbono del Plátano de Canarias desde su origen hasta consumo en la península.
El resultado acredita niveles mínimos de emisiones de CO que consolidan el compromiso público del plátano con el medio ambiente.
La Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (ASPROCAN) propone informar públicamente de los niveles de GEI generados por la banana de terceros países para mejorar la información que recibe el consumidor español.
La Asociación de Organizaciones de Productores de Plátano de Canarias (ASPROCAN) ha obtenido la renovación de la certificación de la huella de carbono para el Plátano de Canarias, que concede AENOR.   

Este sello de calidad acredita la veracidad del cálculo de la Huella de Carbono del Plátano de Canarias, es decir, el conjunto de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que genera durante todo su ciclo de vida, desde su cultivo en finca, pasando por su empaquetado, distribución, maduración y consumo; y que en su caso son 196,16g CO2 por kilógramo de plátano para exportación a península.

El presidente de ASPROCAN, Domingo Martín Ortega, ha sido el encargado de recibir el sello de la mano de Manuel Romero, director de Marketing Sectorial de AENOR, y en su intervención quiso destacar que “partimos de una valoración muy reducida en el 2013 y aún así hemos logrado bajar los niveles a nuevos mínimos. Esto manifiesta nuestro compromiso con el medio ambiente y también con la información transparente al consumidor”.

En el año 2013 Plátano de Canarias adquirió el compromiso público con sus consumidores de medir el conjunto de emisiones de todas y cada una de las etapas de “cuna a tumba” del producto. Si en el año 2013, los niveles de emisión eran muy reducidos (249 g de CO2 por cada kilogramo de plátano), en este 2018 la acreditación se ha reducido hasta los 195,16 g CO2/kg plátano.

 
Momento de la entrega de la certificación de la Huella de Carbono por parte de AENOR esta semana en la Fruit Attraction.

Algunas de las líneas de acción y mejora que desde el sector productor se han puesto en marcha son: la inversión en sistemas de producción más eficientes en ámbitos de riego y abonado, labores culturales para dotar de mayor resistencia a las plantas ante el ataque de plagas y la reducción en el uso de productos fitosanitarios en favor de otros métodos de prevención de plagas más inocuos para el medio.

​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​En este último sentido, desde ASPROCAN se lamenta la inacción de las autoridades responsables, y que en un período clave para concienciar a la población sobre el medio ambiente no exista una norma que obligue a todos los productos agroalimentarios a acreditarse públicamente bajo unos estándares comunes.

A este respecto, el Presidente de ASPROCAN manifestó “la disconformidad con el hecho objetivo que la banana de terceros países pueda realizar aplicaciones de productos fitosanitarios totalmente prohibidos en Europa y en España y no existan al menos herramientas fiables de información al consumidor para que valore la diferencia de calidad y sostenibilidad de unos orígenes y otros.